Han transcurrido varios meses desde que corrí mi último IRONMAN en la isla de Lanzarote en España, eso fue en mayo del 2,013, el tiempo se paso literalmente volando, fue mi tercer IRONMAN en menos de 6 años, a un ritmo de 1 Ironman cada 2 años, primero fue Brazil en el 2,009, luego Panama City en los USA en el 2,011.
Corría por lo menos dos maratones en el mismo año, además de carreras de 21K, 10K y una ultramaratón de 80 Kms. Travesías de natación en mar abierto, competencias de ciclismo y duras sesiones en el gimnasio o en la piscina completaban mis horarios.
Lo que empezó como un hobby se fue convirtiendo en parte de mi vida y luego en una obsesión que llegaba a ocupar casi todo mi tiempo, toda mi mente, todo mi corazón. Mis horas de entrenamiento se fueron volviendo cada vez más largas, reemplazando las horas del trabajo y peor aún las horas que debía disfrutar de mi familia.
El fruto de tantas horas de entrenamiento, tantas horas fuera de casa, se iba evidenciando rápidamente en mi contextura física, fui ganando admiradores, "amigos", personas que iban demandando más de mi tiempo.
Con una rutina que empezaba a las 4:30 AM y terminaba en la piscina a las 10 de la noche, tenía que inventarme una vida en la calle, buscando lugares donde almorzar, compartiendo cafés en horas de oficina, alquilando cuartos donde realizar una siesta a mediodía, buscando horas al día para cumplir con mis obligaciones laborales en medio de esa vorágine donde me iba quedando solo.
Mi esposa, mi apoyo incondicional por tantos años, se me fue borrando de la mente, poco a poco fue desapareciendo de mi corazón, las semanas a su lado se volvían días, y luego los días en solo horas, para luego pasar a ser llamadas que demoraban algunos segundos, y que Yo sentía como si fueran largas horas que me restaban tiempo para hacer "cosas" importantes.
Un matrimonio de 15 años quedaba en el olvido, con mis hijos de 11 y 3 añitos, que casi no veía, que era preferible no verlos porque me restaban energía, esa energía que necesitaba para la vida que había empezado a vivir. Una vida llena de trabajo, con muchas satisfacciones personales, aumentos de sueldo, ascensos, bonos, reconocimiento público, me dejaban como un gran profesional, en pocos años había escalado, con la confianza que te da el pasar largas horas en la oficina,
Luego de la oficina, todavía me quedaba algo de resto para ir a nadar, no podía cerrar el día sin algunas horitas en la piscina o en el gimnasio...........
Con la noche encima, me dirigía lentamente a casa, agotado mentalmente, cansado físicamente, pero con la sensación de haber terminado un "día perfecto". Solo mi esposa me esperaba a esa hora, siempre con un café o una manzanilla, con algo para comer, con ganas de conversar, con los chicos acostados, con los problemas de la casa resueltos, siempre linda, siempre amorosa, pero Yo estaba muy cansado, solo quería tirarme a la cama a dormir, dejar mi ropa sucia en el cesto y arreglar las cosas para el día siguiente, revisar mi dieta y esperar el amanecer.
Subía con mi manzanilla caliente al dormitorio, prendía la TV, revisaba los cuartos de mis hijos, con lo mínimo alcanzaba verlos desde la puerta, pensaba "ya están durmiendo, para que acercarme?". Con la idea de que el fin de semana pasaría más horas junto a Ellos, me recostaba en la cama, mi esposa me abrazaba, pero Yo casi no sentía nada, cerraba los ojos con mi pensamiento puesto en mi rutina del día siguiente.....!!!!
6 años en la misma rutina, 72 meses, 2,169 días, mi vida seguía girando en torno a mi, la relación con mi esposa se había enfriado, la relación con mis hijos se circunscribía a las tardes de los Domingos, mi mente estaba borrando los mejores recuerdos de mi vida, mi corazón estaba inquieto buscando nuevas aventuras, me encontraba contento en la calle, con la seguridad que me daba mi esposa de que al llegar a casa siempre iban a estar Ellos para mi, esperando que el esposo, que el papito tuviera tiempo para jugar, para reir, para abrazarnos, pero Yo...., Yo no tenía ganas, había copado las horas del día con personas ajenas a mi familia, compañeros de trabajo, amigos de entrenamiento, nuevos amigos, admiradores, gente que para mi sumaban a mi ego.
Esto no iba a terminar bien..., Yo lo sabía, lo presentía, pero no hacía nada por mejorar. Mi alma guarda el recuerdo de aquel día, cuando salía con mi auto, rumbo al trabajo, salió corriendo detrás mio mi pequeña hijita, que a sus tres añitos, me hacia señales para que me detenga, la vi por el retrovisor, medio molesto detuve la marcha del auto, Ella seguía acercándose, se frenó cuando vio que detuve el auto, llevo su pequeña manito a sus labios y luego la extendió hacia mi, "...es un beso volado..., lo aprendí hoy, es para que pueda alcanzarte papito, porque seguro ya no te voy a ver hasta mañana...te amo mucho papito...!!!" baje del auto, la mire a los ojos, chinitos, siempre vivaces, con esa risita tan dulce, la quise abrazar pero no se dejo, atrás estaba mi esposa, la pequeñita, apenas vio a su mamá regreso corriendo.....tomo su mano y vi como las dos entraban a la casa. Subí al auto y con el pensamiento en mi enorme ego, aceleré porque, ese día, Yo ya no regresaría a casa.................