El invierno empezó a azotar la capital peruana, llovizna todo el día, sobre todo durante las madrugadas, mucha húmedad en el ambiente con una temperatura que oscila entre los 14°C - 16° centígrados, para muchas culturas eso no es problema ni tampoco puede ser catalogado como frío pero para los limeños acostumbrados a temperaturas de 19°C apenas nos bajan algunos puntitos empezamos a erizarnos, nuestro principal problema es la húmedad que alcanza niveles alucinantes de casi 100%, es decir practicamente respiramos agua, lo cuál es la principal causa de transmisión de enfermedades que atacan el aparato respiratorio, basta que una persona estornude para que el bendito virús literalmente empiece a navegar hasta posicionarse de tus fosas nasales y luego de los pulmones, cuál película de terror estos millones de microscópicos bichitos se apoderan del organismo hasta ponerlo fuera de combate, un proceso que antes duraba tres o cuatro días, y que ahora, gracias a la mutación que han sufrido estos virus son más resistentes y perduran dentro de uno por más de una semana....
Igual tenía que cumplir con el programa semanal que me exigía recorrer 240K, distribuidos 190K sobre la cleta, 43K de trote y 7K de natación, aún no estoy recuperado de la infección al oido cuyo tratamiento empecé la semana anterior, así es que solo asistí a la piscina una sola vez nadando 1,600 metros, debo confesar que la flojera me ha ganado dos días valiosos de entrenamiento, Lunes y Martes se me pegaron las sábanas y no salí ni a correr ni a pedalear, así es que, el miércoles con toda la culpa encima, corrí en la mañana 15K y en la tarde fui a nadar a la piscina, quede destruido...., sin embargo, al día siguiente logre despertar para meterle algunos kilómetros al ciclismo.....
El entreno del sábado estaba programado sobre 110K de ciclismo, habíamos quedado en pedalear junto con los muchachos del Team 5AM, sin embargo, llovizno casi toda la madrugada y poco a poco fueron cambiando de decisión, mientras me dirgía en mi auto al punto de concentración, el mail del celular me iba avisando sobre algunas deserciones, en menos de 10 minutos ya sabía que al llegar al punto no iba a encontrar a ningún compañero de entreno, igual decidí continuar con el programa, además siempre encuentras a alguien dispuesto a entrenar bajo la lluvia, así fue, al llegar encontré pequeños grupos de ciclistas que se alistaban para salir a la ruta, la lluvia había cesada pero la pista se mantenía totalmente húmeda, jabonosa e inundada en ciertos tramos....., aliste mi cleta, y salí detrás de uno de los últimos grupos que había quedado rezagado, decidí apretar el pedal y luego de 30 minutos logre alcanzar a otro númeroso grupo piloteados por el buen Daniel, quienes se dirigían hasta San Andrés, localidad ubicada a 55 kilómetros a las afueras de Lima...con ellos termine mi entrenamiento sabatino, fueron 3:40 horas sobre la cabra.
El clima se puso benevolente y me anime a trotar unos 6 kilómetros que me sirvieron para estirar los musculos y volver a la postura ergonómica natural...., un sábado de buen entreno recordando la deliciosa y helada sensación de pedalear bajo la lluvia...!!!
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