miércoles, 26 de noviembre de 2008

Marbella


Hoy me levante un poco tarde, pero de buen ánimo, aún con sueño me fui alistando para salir a trotar, la ruta elegida era "Marbella", unos 16K entre ida - vuelta, utilice mis viejas zapatillas Newbalance, definitivamente mejores que las Pearl Izumi, nunca terminaron de amoldarse a mi pie, son cómodas, de muy buena pinta, pero para correr recorridos largos no sirven, se sienten muy pesadas, el talón ligeramente alto me genera muchas molestias, la plantilla no cuenta con amortiguadores sólidos, por lo que cada paso se va volviendo cada vez más duro. Las NB en cambio son mucho más ligeras, con arco en la plantilla, amortiguadores en los talones, que han soportado dignamente el fuerte castigo al que las he sometido, lo malo es que no son muy bonitas.

Cargue mi botella con un tercio de agua, un ligero viento soplaba pero no se sentía frío, a paso firme me fui acercando a la puerta de seguridad del barrio, dos amables vigilantes terminaban de despertar, la noche había estado tranquila, aceleré la marcha buscando colocar mis pulsaciones en 142, poco a poco aceleré el paso, un niño con su bolsita de pan cruzaba mi camino mirándome entre asustado y sonriente, el panadero con su clásica corneta lo esperaba al frente, el dulce olor a pan caliente penetro en mis narices, removiendo por un instante mi estómago, fije mi mirada en el horizonte, la neblina había despejado, permitiéndome ver el mar, imponente, infinito, grandioso, unos cuantos pasos me separaban de la costa verde, y oh sorpresa habían culminado de construir el nuevo tramo que une Marbella con Sucre, recordemos que dicho tramo fue bloqueado por los constantes deslizamientos de piedras, que habían provocado innumerables accidentes.

Siguiendo por el circuito de la costa verde llegue hasta el pie de la subida a Marbella, preciosa pista de 1KM de longuitud, donde pondría a prueba mi capacidad toraxica, todo un reto, muchos runners la utilizan como parte de su entrenamiento diario, dado que el inicio no es tan empinado, se puede forzar un poquito el paso, sin embargo, los últimos 200 metros son a morir, el sudor casi no me dejaba ver, mis pulsaciones iban en ascenso, 165, y todavía me faltaban 100 metros, 172 y no había avanzado ni 30 metros, decidí masacrarme, le metí toda la potencia que me quedaba, mi reloj se volvió loco......182 pulsaciones, por fin estaba en la cima, sentía que el bobo se me salía, pare, a duras penas tome mi botellita, le eche un sorbo de agua, que mi cuerpo instantáneamente agradeció con un sonoro gas, revise mi puslo, ya estaba en 170, empezaba a respirar nuevamente!!!!

Inicié el camino de regreso, trotando suavemente hasta nivelar mi pulso en 162, así me mantuve hasta alcanzar la Av. La Marina, iba muy rápido, nuevamente mi pulso pasaba las 170 revoluciones, el dolor de piernas, sensaciones de calambre, hicieron que por un momento pensará en detenerme, pero NO, mantuve el paso hasta llegar a casa, en total 1:26 horas bravazo!!!, pare en la tienda del chino por un par de Gatorades, evapore uno al toque y el segundo me lo llevé a mi casa, donde me esperaban un delicioso juguito de naranja, endulzado con miel de abeja traida de Lunahuana.....el tema es que ahora no me puedo ni levantar....me duelen hasta las cejas.

No hay comentarios: