lunes, 17 de noviembre de 2008

Ramón Ferreyros en Triatlon




Esta semana estuvo muy buena, sigo con mis clases de natación en la AELU, con el profesor Muñoz, recién voy por la tercera, sinceramente no he mejorado nada, pero sí me he dado cuenta que mi "estilo" solo me servía para no ahogarme, poco a poco voy a tener que corregir los defectos, tanto en las brazadas como en el pataleo, así como al momento de respirar, es decir, todo.

A mitad de semana me encontre con Luis Wakabayashi, un ponja que también esta entrando al mundo del triatlón, su experiencia es una práctica que hicieron con el TEAM PLAY en Santa María, hace más o menos un mes, ha corrido un par de maratones, y le va bien a la bicicleta, ya esta anotado en el medio ironman de Paracas, nos vimos en la piscina, nos entrena el mismo profe Muñoz, un veterano en el tema, un señor que pasa facilmente los 60 abriles, que ha sacado muchas promociones de nadadores en el club, reconocido por su alta exigencia en los entrenamientos, a veces con su mirada me da a entender que tengo que dedicarle más horas a la semana....pero las tardes siempre se me complican.

El sábado toco una triatlón en la playa Santa María, el programa indicaba, 30 minutos en el mar, 60 kilómetros en bicicleta y 20 kilómetros a trote, el viernes en la noche, empecé con los preparativos, desarmé y subí la bicla a la camioneta, desempolve el wetsuit, me abastecí de un par de botellas de gatorade, una bolsa con 300 gr de fruta seca, harta ropa de recambio y por supuesto mi nuevo reloj Polar. Me acosté temprano no sin antes pasar por la refrigeradora por un emparedado de jamón con mantequilla y un vaso de leche.

Me levanté 05:30 AM, dado que tenía todo listo hacía las cosas con calma, me puse mi traje de triatlón con el que nadaría, zapatillas, gorra, celular, 6:10 am, ya estaba en las calles, tome la costa verde, un patrullero asomaba a la altura de Marbella, vigilaba el amanecer, la mañana estaba fresca, no sentía frío, igual mientras iba tomando la panamericana sur, mi cuerpo empezaba a sentir un ligero escalofrío, el solo pensar que me iba a meter al mar después de más de 8 meses....!!!!! altura del km 36 pase por un grifo, un poco de petróleo, retirar dinero del ATM, y seguir con rumbo a Santa María.

07:10 am por fin había llegado, al toque me puse el wetsuit, y sin más palabras al agua, helada, salada, empezaba a entrar por los únicos lugares que podía, el cuello, las mangas y las piernas, le metí unas cachetadas al mar, que fueron devueltas con una ola que me termino de meterme por completo al agua, la distancia más o menos 300 metros, entre ida y vuelta unos 600 metros, termine de darle dos giros, salí del mar, me dirigí a la camioneta en búsqueda de una toalla seca y una manzanilla calientita, encontré la toalla pero lo otro nada, me puse mi traje de ciclismo, en un par de minutos ya estabamos en la ruta, bajo un inclemente sol, la ida hasta León Dormido, en un par de horas ya estábamos de regreso, a ponerse las tabas y a correr se ha dicho, por los malecones de Santa María y San Bartolo, fue en ese momento cuando un pata me pregunto, cuánto pensaba trotar, mire la hora, eran 10:30 AM, a esa hora, mi Erika con Alfonsito estarían dirigiéndose al club para las clases de fultbito, de 11 AM a 01 PM, la pensé bien y decidí trotar 50 minutos, así me daría tiempo de llegar a Lima y ver aunque sea la última media hora de práctica.

Antes de responder, lo mire bien, me parecía un rostro conocido, se le notaba cansado al tío, me dijo que no podía ni caminar, lo anime a que nos acompañará aunque sea 20 minutos pues le haría bien estirar los músculos, así lo hizó, al cabo de unos minutos lo perdí de vista, se había retrazado bastante del grupo, seguí avanzando, cuando mi reloj marco 30 minutos empecé el camino de retorno.

Había concluído el entrenamiento sabatino, ahí estaba el tío de rostro conocido, subido en un auto deportivo color rojo, recién pude reconocerlo se trataba de Ramón Ferreyros, a la distancia levanto la mano en señal de despedida....mi regresó a Lima seguro no fue tan rápido como el de él, pero igual alcance a ver a mi chanchito jugar los últimos 30 minutos, tome la mano de mi hermoza esposa, que con su inigualable sonrisa borra todo cansancio en mi.

No hay comentarios: