lunes, 18 de agosto de 2008

Fin de semana en Matucana


Este fin de semana estuvo muy bueno, empezó el viernes con la llamada de César, preguntándome si me animaba a pedalear a Matucana, una invitación con muy poco para pensar, coordinamos para ver el tema de la movilidad, conseguimos un taxi que por S/.100.00 nos acompañaría por seis horas.


Sábado, 05:30 AM ya estaba dando vueltas por la cocina preparándome un plato de yogurt con cereales y un pancito con harto manjar blanco, con el uniforme listo y la bicicleta desarmada esperé al taxi, que llegó 10 para las 6AM, inmediatamente metimos las cosas en el auto, incluyendo un maletín con ropa de repuesto, dos gatorades, un powergel, salimos a buscar a César, quién también nos esperaba listo, aún de noche, con neblina y una garúa persistente, salimos con destino al Km42 de la carretera central, punto de encuentro, donde a partir de las 07:30AM iniciábamos el ascenso.


Intenso tráfico en la ruta, mucha neblina incluso en el ingreso a Chosica, pero pasando el Puente Ricardo Palma, las cosas cambiarían rotundamente, la neblina se desvanecía, los rayos de sol penetraban por las lunas del auto, el reloj marcaba 07:35 AM aún faltaban algunos metros para llegar al grifo, un par de curvas más y .....habíamos llegado tarde, el grupo había partido, menos mal que no fuimos los únicos que demorámos, ahí nos encontramos con la gringa Erika y con Marcelo.....armamos las bicicletas al toque y nos dispusimos a partir, 33 kilometros nos separaban de Matucana....


Primer escoyo, pasar los rieles del tren, no había transcurrido ni el primer kilometro cuando los encontramos, recomendación poner las llantas lo más perpendicular, hasta el peaje conté tres pases de tren, pero los pasamos sin ningún problema, hasta el Km54 el avance es a buen ritmo, si bien es cierto se inicia el ascenso, el grado de inclinación es moderado, habiendo tramos que se pude superar los 30Km/h.


Segundo tramo, del Km 54 al Km 66 empieza lo bueno, pero las piernas aún están frescas, los músculos reclaman castigo, el calor es intenso, la húmedad se va desvaneciendo, debo recurrir a mis botellas de gatorade que se mantienen frescas a pesar del sol, poco tráfico en la vía, vamos uno detrás del otro, en fila, aunque César se ha escapado unos 500 metros, lo cuál es peligroso toda vez que abandona la protección que brinda la camioneta que nos escolta....


Hasta aquí, estoy fascinado con el paisaje, tando a derecha como izquierda es impresionante, aún verde, las imponentes montañas parecen infranqueables, hasta que te topas con el primer túnel, mientras lo atraviezas sientes como el aire frío te da una sensación de bienestar, una nueva oxigenación, que a estas alturas ya me iba haciendo falta...seguimos avanzando y sobre nuestras cabezas aparece la vía por donde pasa el tren, en lo alto, casi a mitad de la montaña...indescriptible!


Último tramo, del Km 66 al Km 75, ya transcurrieron 1 hora con 26 minutos, podemos decir que vamos a buen ritmo, César ha decidido esperarnos, se había adelantado unos 600 metros y lo habíamos pérdido del radar, pero ya esta aquí de nuevo, avanzamos en fila, la verdad me va quedando poco oxígeno, los músculos se empiezan a endurecer, mantengo el ritmo impuesto por César hasta el Km 70, definitivamente las cosas se empiezan a poner de candela, el verde paisaje, el sol, el airecito, y todo lo que me parecía deslumbrante, me empieza a aburrir, es más ya no lo veo, he plantado mi mirada en la pista, veo como rueda mi llanta delantera, mi velocímetro indica 8 Km/h a un costado de la pista indica Km 73, alzo la mirada, veo que se avecina una curva, he pérdido de vista a César y a Marcelo, Erika viene atrás, bastante relegada del grupo.....ahí esta el ito que me indica que ya estoy en el Km 74.....un último impulso y por fin, una pendiente descendente me permite ver el punto final...BIENVENIDO A MATUCANA!!!!!


Luego de 15 minutos hace su aparición Erika, le preguntamos por el taxi que habíamos alquilado con César y que supuestamente estaba dándole protección, nos indica que recalentó en el Km 67, el auto no avanza. Aún así, le damos el alcance, subimos las bicis, iniciamos el descenso, hasta la altura de Chaclacayo cuando el auto literalmente explota, una de las magueras se había perforado, bajamos las cosas y tomamos otro taxi...ahora sí, por fin con destino a Lima.


En total habia quemado más de 1,300 calorías, eran casi las 2PM y me moría de hambre, menos mal que una poderosa sopa a la minuta me esperaba en casa....


El Domingo, regresé a Matucana, esta vez fui en camioneta, acompañado de mi esposa y Alfonsito, llegamos 2PM almorzamos en la plaza de armas, una sopa de patasca, trucha frita con papás fritas y arroz, un litro de inka kola, todo de muy buen sabor, pero poco higiénico, caminamos hasta encontrar la estación de tren, para nuestra buena suerte, llegaba uno, cargado de piedras y fierro, decidió estacionarse por unos minutos frente a nosotros, realmente no sé quién estaba más entusiasmado si Alfonsito o Yo, me moría de ganas de subirme a la locomotora, finalmente me tranquilicé tomándole una foto....a los minutos partió nuevamente, no sin antes oscurecer al brillante sol con un denso humo negro.....que poco a poco se fue desvaneciendo.


Para completar la tarde, mientras almorzábamos nos enteramos que estaban jugando el Club Atlético Minero con el Juan Aurich de Chiclayo, nos fuimos al estadio de Matucana, dos entradas preferenciales por S/.20, nos permitió que también compremos unas gorritas (S/. 5) , polos (S/. 5), vinchas (S/.1), definitivamente estabamos mejor ataviados que cualquier hincha del Minero. Transcurría el minuto 15 del segundo tiempo, un mal despeje de la defensa de club visitante permitió que el Minero marcará el primer gol del encuentro, con Erika y Alfonsito celebramos como si fueramos de Matucana...jajaja...mientras la hinchada desbordaba de alegría Erika nos alcanzaba una par de naranjas, que por cierto estaban súper dulces.


Al minuto 25 decidimos dejar el estadio y con él, el hospitalario pueblo de Matucana, el sol hacía lo mismo que nosotros, se alejaba y dejaba un intenso frío seco se sintiera en la zona, dos horas después estabámos en Lima, tomando un buen vaso de yogurth, mientras mirabamos Dinopatía.


No hay comentarios: