martes, 9 de diciembre de 2008

Mi gimnasio


El Lunes, feriado, día de la Inmaculada Concepción, me la pase en casa, había planeado ir a pedalear unas 4 horas desde mi casa, en San Miguel, hasta Cieneguilla (ida - vuelta), pero no pude zafarme del largo y pesado brazo del sueño, el domingo había sido un día muy agitado, con la fiesta de los niños que organiza Interbank, luego una fiestecita de una niña nueva en el barrio, definitivamente mis domingos son de fútbol.....pero en la TV, acostado en mi sofá con mi periódico, me compro El Comercio, que ese día trae como 40 secciones, revistas, ofertas, etc....y como si fuera poco mi Trome....ese lo leo cuando voy al baño, aunque a veces también he llevado la sección A del Comercio.

07:30 AM, recién pude despegarme de la cama, mi hijo jugaba en su cuarto mientras mi esposa preparaba un jugo de naranjas, entre al cuarto contigüo, ahí donde se almacenan los juguetes que Alfonsito casi no usa, o que usa cada vez que le compro uno nuevo, mire mi gimnasio, un poderoso Weider de tres cuerpos, donde tranquilamente pueden trabajar tres personas a la vez, fue en lince donde lo vi por primera vez, hace unos 6 años, en la casa del flaco Montero, mi Jefe por muchos años....gran amigo, buen consejero, debajo de 4 camisas, dos sacos, algunas revistas, cajas, y un pequeño televisor, bien abrigado, el Weider, lucía completamente nuevo....poco a poco fui desarropándolo, definitivamente no había visto uno igual en las grandes tiendas por departamento, los había de un solo cuerpo, frágiles, con poco peso, pequeños.....

En medio de todo ese caos, el flaco saco una revista, en la portada se lucía Arnold Schwarzenegger en tanga, al lado de otro mostro del fisculturismo..."algún día compadre, algún día...voy a tener esos brazos..." me lo djio con tal convicción, como sustentando la inversión que había realizado en el gimnasio, luego siguió...."lo he usado un par de veces, súper completo, se trabaja todo en un solo equipo, bíceps, triceps, espalda, piernas...." así siguio enumerando cada músculo del cuerpo humano....obviamente la naturaleza no había sido muy bondadosa con mi amigo Montero, flaco por sus cuatro costados, con su pelo largo asemejaba mucho a un comediante de moda de esa época, "El Tripita"....hasta hoy se mantiene súper delgado, convirtiéndose en la envidia de las chicas llenitas, que se la pasan todo el año en dieta tras dieta...pero a la primera mordida de un sublime nuevamente están infladas...ese día ni siquiera intente insinuarle si estaba en venta el equipo....

El invierno de ese año sería largo, me encontre con la hermana del flaco Montero en Lunahauna, estaba con su familia, igual que nosotros gozando de un merecido descanso de fin de semana, huyendo del frío limeño, buscando un poco de sol para los niños, conversando me comentó que su mamá estaba regalando un gimnasio que había dejado uno de sus hermanos en su casa de Lince, no sabía que hacer con tremenda máquina, ocupaba mucho espacio, paraba lleno de polvo, no había forma de desarmarlo o moverlo........obviamente conocía ese armatoste, le pedí que no se lo comentará a nadie más, que en la tarde del Lunes iría a solucionarle "tremendo problema". Ese lunes, durante la mañana, con el flaco llegamos a un saludable acuerdo económico.

La verdad, tampoco le doy mucho uso al gimnasio, dos o tres veces a la semana, cada tres meses le hago su mantenimiento, mi esposa casi no lo usa, el que más se divierte definitivamente es Alfonsito que utiliza la máquina como parte de sus escenarios para guerras interplanetarias, o parques jurássicos ya extintos...El Lunes me pase unos cuarenta minutos en el Weider, los primeros 10 minutos fueron para desalojar alienígenas, dinosaurios, súper heroes, entre otros que lo habían invadido....los restantes 30" fueron de puro trajin, brazos, pectorales, espalda, me metí una masacrada que hasta ahorita me duelen los omoplatos......chssss

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