miércoles, 24 de diciembre de 2008

Navidad en los cerros


El correo de Daniel indicaba entrenamiento con el grupo de triatlón a partir de las 6AM en Playa Pescadores, ayer coordine con Césarin para el training de hoy, 05:40 am estaba trepado en la camioneta con destino a la Costa Verde, aún con sueño, podía divisar algo de neblina en el morro solar, San Miguel lucía vacía, cuál pueblo fantasma por la gran Av. La Marina no transitaba ni una combie, poca gente en las esquinas, como si hubieran huido de Lima durante la madrugada, subí la radio para escuchar los boleros que todavía repiten en Radiomar, una copa rota cantinero, había llegado a la subida de San Isidro, ahí estaba el Subarú de Cesarin, lo cuál me dejaba hasta cierto punto tranquilo pues por lo menos no entrenaría solo.

Habíamos llegado, perfectamente estacionados en Playa Pescadores, esperando que arribarán los muchachos del tri para correr los 12Kms programados, y luego darnos el abrazo por Navidad, tras 10 largos minutos de espera nos dimos cuenta que no iba a llegar nadie más, y que los saludos navideños tendríamos que enviarlos por mail, sin embargo, los miércoles también entrenan los runners del Regatas, aprovechamos que recién salían para unirnos al grupo, conformado por unas 30 personas, ahí estaban los Meier, Federico y Mónica, menos mal un par de rostros conocidos, la rutina...........subir por el morro solar hasta las antenas de comunicaciones..¿?

El grupo se partió en dos, en el grupo de avanzada pude distinguir a Federico, con César íbamos despacio conversando, casi al costado de Mónica, hasta que iniciamos el ascenso, el grupo de avanzada desapareció de la vista, empecé controlando mis pulsaciones no quería pasar las 150, paso corto pero continuo, me sentía bien, con el pulso en 142, decidí acelerar un poquito la máquina, alargando el paso, hasta que mi pulso estuvo en 150, ya casi estaba alcanzando la cumbre del morro, pude alcanzar a un par de muchachos que ya se notaban agotados, un giro a la izquerda y empezaba el ascenso hacia las antenas, el grupo de avanzada se había alargado bastante, a lo lejos notaba la silueta de Césarin que estaba por alcanzar a Federico, mire mi pulso se había bajado a 148, nuevamente con aire, aprete el acelerador, decidí meter un pique, 4 minutos después ya estaba alcanzando mis 160 pulsaciones, poco a poco fui ascendiendo, combinando pasos cortos con trancos largos, tras 35 minutos de trote llegué a la cima, los últimos metros me esmere en dar alcance a un par de chicos que me llevaban unos 10 metros de ventaja, para ganarles tuve que forzar la máquina hasta 180 pulsaciones.

En la cima aproveche a darle una miradita a la gran Lima, una densa neblina la cubría, aún así permitía tener una linda visión panorámica, saboreaba unos sorbos de gatorade, mientras mi mirada se perdía en el horizonte, a lo lejos se escuchaba el cantar de algunos gallos, la bocina del panadero, poco a poco iban llegando los runners, que inmediatamente iniciaban el descenso, así es que no había más tiempo que perder, era hora de volver, con algo de temor, pasos cortitos, intentando adherirme a las piedras del camino, poco a poco fui tomando confianza, recordando mis años de adolescencia trepado en los cerros de Covida, cuando con los patas del barrio, recorríamos la chacra Santa Rosa, buscando caña para armar las cometas, o llevando flores para la Gran Cruz que nos cuida, terminábamos cazando lagartijas, por un camino sumamente estrecho, la subida era lenta, pero el descenso siempre veloz......cada pisada era más segura ahora, con los trancos más largos, en 25 minutos estaba al pie del morro......

Este año fue como aquellos, subido en el cerro, no en el de Covida, sino en el Morro, ya no están los patas de siempre, seguro que la mayoría no llegaría a la cima, me rodea un grupo de atletas, muchachones todos, no tengo una honda en mis manos, sino una botella de gatorade, Navidad, días de reflexión, de renovar esperanzas, de urgar en los recuerdos......Feliz Navidad!!!!

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