viernes, 19 de junio de 2009

Clases de Liderazgo

La mañana gélida anunciaba que el invierno estaba en su peor etapa, el cielo cubierto por intensa neblina, es cierto que en Lima no llueve, pero se cubre fácilmente de húmedad, tan densa que no permite tener una clara visibilidad........un suave rocío cubría las puertas de madera de la casa, el gras del jardín estaba un poco amarillento, señal de ausencia de los rayos solares por tantos meses.......con las manos en los bolsillos enrumbe hacia el paradero del bus, con destino a la universidad, habíamos quedado con el profesor y el resto de alumnos de la maestría encontranos antes de las 8 am en el campus universitario.

Dado que se trataba de un "retiro" de fin de semana, llevaba una maleta más o menos grande con muchas prendas de vestir......., el destino no lo sabíamos aún, era uno de los secretos mejor gurdados.......aunque la verdad , ninguno había realizado mayor esfuerzo por tratar de adivinar donde iban a llevarnos.......en el bus, se despejo la incognita, íbamos al norte, a Ancón nos alojaríamos en un club de la Marina.....apenas arribamos un grupo de marinos, luego de darnos algunas indicaciones, nos acompañaron a lo que sería nuestras habitaciones.

Por la tarde empezarían los "ejercicios", luego del almuerzo, nos reunieron en el patio, donde nos esperaban unos buses que abordamos con mucha algarabía.........seguidamente nos alcanzaron unos pañuelos con los cuáles debimos cubrir nuestros ojos....así vendados nos llevaron por varios minutos.......completamente cegados, descendimos de los buses y formamos en 5 largas filas conformadas por unas 12 personas cada una......aquí empezaría lo bueno.........tomados de la mano debíamos avanzar a lo largo de las calles, solo el primero de la fila no tendría vendas en los ojos, sería nuestro guía, el resto seguiríamos "ciegos" confiando en las instrucciones que nos daría el "líder"..........el objetivo era regresar a la "base" lo más pronto posible.

La sensación de estar cegado es desconcertante, tiniebla total, estaba casi al final de la fila, por lo que la voz del líder me llegaba muy bajito, aún así no me preocupaba pues seguiría al que estaba delante mío, poco a poco fuimos avanzando, evitando tropezarnos entre nosotros, el inicio fue desordenado, sentía que la persona que estaba delante me jalaba con fuerza, apretaba el paso para no separarme tanto de Ella, pero a la vez, Yo jalaba al que tenía detrás, conforme avanzábamos nuestros brazos se estiraban más, a fin de no perder la mano del compañero de fila, la diferencia de pesos y tamaños jugaba un rol importante, algunos más gorditos que otros preferían no alargar mucho el paso.........lo accidentado del terreno también fue un factor a tomar en cuenta, por último los perros que nos ladraban casi en la oreja, menos mal que los marinos nos protegían por toda la ruta, por lo que de rato en rato se escuchaba algún gemido canino......

Cada 10 minutos el avance se detenía a fin de cambiar al líder, el segundo de la fila tomaba el mando, mientras que el reemplazado se colocaba al final de la fila y se le volvían a vendar los ojos........luego de tres horas de mucha tensión por fin llegamos a la base, recorrimos algo más de 7 kilómetros, fuimos el segundo equipo, pero celebramos como unos vedaderos sobrevivientes.......!!!

Lecciones:

- La velocidad del grupo.................... es la velocidad del líder, el líder en estas circunstancias transmitía muchísima confianza al grupo, algunos simplemente se quedaban mudos y se dedicaban a jalarnos creando gran desconcierto, motivando que la velocidad de traslado se vuelva muy lenta e incluso se detenga el avance.

- La información es importante, mientras más comunicaba el líder los detalles del "paseo" mejor marchaba el grupo, señales como la textura del piso, la existencia de piedras en el camino, escaleras o pendientes en el trayecto, nos preparaban mentalmente.
- Dentro del equipo se fueron formando líderes que apoyaban a los más desubicados o a los menos preparados físicamente, lanzando señales desde su ubicación al líder de turno, que si sabía procesar los mensajes podía tomar mejores decisiones.

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