Con el verano encima me quedaba pocas ganas de estar encerrado en el gimnasio, hacía un mes había culminado "satisfactoriamente" mi primer maratón, mis primeros 42 K a pie, me sentía preparado para cualquier cosa!!!!, a pesar de mi escasa preparación física y mental, sentía que no había más retos por delante, días atrás había cogido una bicicleta montañera que me gané en un sorteo, un fierro de unos 15 kilos, que poco a poco iría acondicionando, trataba de pedalear todos los sábados, pero no era constante, mi primera gran escapada en bicicleta fue para jugar un partido de futbol que se realizaban en el estadio de San Isidro ubicado en la Av.del Ejercito, me tardé 40 minutos en recorrer los 8 kilómetros que separan al estadio de mi casa....agotado, con las piernas acalambradas, me senté a escuchar las indicaciones del entrenador, quién con mucho entusiasmo nos indicaba la estrategia a seguir.....
Regresé a casa igual en bici, ahora fue más suave y rápido pues casi todo el regreso era de bajada, recuerdo haber jugado los últimos 5 minutos, tan mal, que el único pase que pude responder fue hacia afuera de la cancha.
Dado que empecé a pedalear más seguido, decidí equipar mi cleta con algunos accesorios de seguridad, primero le puse un par de espejos retrovisores, al costado de los manubrios, así siempre sabría quién estaba detrás mío, luego de ver algunas fotos en una revista le agregué unos manubiros adicionales que hacían que mi bicla se viera con cachos, como un toro......en menos de tres días mi cleta había pasado de 15 a 20 kilos de peso.
Había decidido dejar el auto en casa, desde ahora me levantaría un poco más temprano para ir en mi "mejorada" bicicleta al gimnasio, elegí una ruta "segura", iba por la auxiliar de la Av. Fauccett, hasta coger la ciclovía de la Av. colonial por donde seguía hasta alcanzar la ciclovía de la Av. Universitaria que me llevaría directamente al club AELU, unos 8 kilómetros planos que cada día trataba de hacerlos más rápidamente.....en mi mente estaba que mientra más fuerte el cambio mayor sería mi velocidad, así es que sólo utilizaba el plato grande para rodar.
Otro tema que siempre consideré importante era el mantenimiento de la bici, para ello debía obtener los servicios de un taller, menos mal encontré uno cerca de mi casa, en las inmediaciones del mercado, con el verano encima un par de kioskos habían abierto ofreciendo la reparación de bicicletas, el primer undercoating me costo S/20 precio que logré luego de convencer al paisano que traería mi cleta cada 15 días, el precio de "lista" era de 20 soles.
Con mi cleta engrasada, recién lijados los aros y rayos, parecía nueva, los cromos de mis espejos retrovisores brillaban, y los cachos que le había colocado harían ver a mi bicla como un búfalo peligroso, dado que no podía escatimar "ni un sol" en mi seguridad, me compré un casco, a S/.35 dado que ni el paisano ni yo sabíamos como se utilizaba, usamos el criterio común y puse el lado más ancho para mi frente y el perfil para la nuca......30 días después me enteraría que estaba al revéz.
Pero vendría lo bueno, Lunes temprano en la oficina, un mail enviando por Victor, anunciaba una DUATLÓN válidad por el campeonato nacional organizada por la Federación Peruana de Triatlón, luego de jugarnos algunas bromas, nos animamos a inscribirnos, Mónica, Edú y Yo.....la categoría elegida para este nuevo reto......."ELITE".
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