martes, 3 de marzo de 2009

Cambiando de pedales


Estaba decidido, montado en mi bicicleta rutera con cuadro hecho de aluminio, horquilla de carbón, cambios integrados shimano ultegra, piñón, descarrilador y cadena de 10 cambios aerobars profile, uniformado como si estuviera compitiendo en una de las etapas del Giro de Italia o del Tour de Francia, faltaba algo que no me atrevía a cambiar por temor a caerme.....los pedales.

Mis pedales normales, me obligaban a utilizar zapatillas para pedalear, el grupo sábado tras sábado me animaba a cambiarlos por los de pedales que tienen broches, un día me aparecí con mi bicicleta en la tienda de Juan Carlos...."compadrito, ha llegado la hora....cambio de pedales", inmediatamente procedió con el trabajito, mis pedales de goma fueron reemplazados por unos shimano, dado que casi todo el presupuesto se fue en pedales tuve que conformarme con unos zapatos Exustar, marca colombiana líder en accesorios para ciclismo.....ahora sí, igualito a un ciclista PRO....solo había que probarlos.

Para la prueba nada mejor que los alrededores del Pentagonito, tras una breve explicación y ligeras prácticas en el taller de Juanca, salí a rodar.....que tal diferencia, con los pies enganchados al pedal el pedaleo se vuelve más suave, los baches o imperfecciones de la pista ya no originaban que mis pies saltaran de los pedales, la tracción ahora estaba dada en doble sentido, al momento de pisar y al momento de jalar el pedal...definitivamente otra cosa, nada del otro mundo su uso, fácil de colocar, muy bien al momento de rodar, impresionante generador de potencia, el único problema, al inicio, es bajar era bajar de la cleta. Había pensado este momento toda la semana, para evitar mayores roches, avance con destino a mi casa, 40 minutos después estaba en las puertas de la urbanización, poco a poco aminoré la velocidad, seguí el esquema mental propuesto, gire mi pie derecho sobre el pedal, lo cuál inmediatamente libero ese zapato, listo era todo lo que necesitaba un pie libre, el siguiente paso era ponerlo en el piso, apoyarme hasta liberar el otro pie....

"Buenos día Alfonso....!!" alce la mirada era mi vecino, el Sr. Juan, un viejecito educado y muy bueno, fanático en el cultivo de plantas sobre todo de los arbolitos bonsai, recuerdo hace cinco años, era el segundo día de instalarnos en nuestra nueva vivienda cuando se nos acerco muy amablemente con un arbolito en las manos..." es un obsequio..." nos dijo.....el eco estruendoso provocó una reacción inmediata, mi esquema mental para bajarme de la cleta se había reseteado, con el pie derecho libre, mientras respondía el amable saludo, intente bajarme por el lado izquierdo, ese pie continuaba enganchado al pedal, con la pierna libre intente algo de equilibrio pero fue muy tarde, lentamente caí sobre mi rodilla izquierda, solte el timón, ambas manos sobre el piso había evitado golpearme la cara....el primero que llegó en mi auxilio fue el perro del Sr. Juan, habíase soltado de sus cadenas, ladrando a mi alrededor, iba saltando mientras que Yo intentaba liberar mi pie del pedal....palo en mano, se acerco mi anciano vecino, me puse en pie como un resorte, me pregunto si todo estaba bien....obviamente todo estaba "bien".

Revise mi cleta, no le había pasado nada, salvo un raspón en mi rodilla que duro varias semanas en sanar nadie más, a parte del Sr. Juan, se hubiera dado cuenta que me caí de la cleta.

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