martes, 24 de febrero de 2009

Los perros del camino


Sin lugar a dudas, lo que más puede molestar una buena rutina de entrenamiento son los perros madrugadores, no los culpo, también me pusiera bravo si veo a un tipo que se acerca en medio de la niebla, en short, corriendo, con algo colgado de las orejas, o montado en una bicla, jadeando, agitado, el entrenamiento en las calles me ha dado el kilometraje requerido para poder identificarlos a cierta distancia, 99% chuscos, recontra bravos, apenas sienten las pisadas levantan las orejas, luego apuntan la mirada al lugar que origina el sonido y sin moverse todavía dan un tremendo ladrido que a esas horas de la madrugada me hacen saltar de mi sitio, inmediatamente me detengo, alzo mis orejas, guío mi mirada al origen del ladrido, reconozco al enemigo, lentamente retrocedo, sin dejar de mirar al animalito, cuando pienso que estoy a regular distancia retomo nuevamente el trote buscando una ruta alterna....

Tras varias noches madrugadoras de ir buscando rutas libres de canes, o buscando que estos sean chiquitos y no tan rabiosos, por fin he podido encontrar una ruta que no tiene casi ninguno, bueno había uno, justo antes de llegar al malecón de la costa verde en San Miguel, que cuidaba celosamente un taller de mecánica, pero se volvió viejo y de un tiempo ahora ya no sale a la calle....

Solo una vez tuve que bajarme de la bicicleta, estaba rodando a la altura de Escardo con Precursores, antes de llegar al semáforo, al salir de casa, mi mirada al cielo había detectado que sería un esplendido día, cargado de sol, avanzaba a regular velocidad, el entrenamiento era con mi bicla montañera, con destino a recorrer la dura ruta de la costa verde, un reciclador, no muy alto, con una gorra gastada y de aspecto resinoso, rebuscaba entre los tachos de basura, sus manos traspasaban cada bolsa de desperdicio en busca del preciado tesoro, su triciclo contenía a esa hora de la mañana, una buena cantidad de cartones y botellas de plástico, tres perros de lo más flacos lo acompañaban, junto al recilador formaban un equipo, con sus hocicos rasgaban las bolsas y dejaban caer el contenido al piso, labor que facilitaba el trabajo del hombre....sin embargo, basto que uno de los animalitos se diera cuenta de mi presencia para que empezará el concierto de ladridos, en ese momento, baje la velocidad, clave mi mirada en el reciclador quién ni se inmutaba ni realizaba esfuerzo alguno por controlarlos, pero el problema vendría del otro lado de la calle......un perro con aspecto de boxeador al escuchar el bullicio decidió unirse a la orquesta, estando a pocos metros empezó a ladrarme, este perro estaba bien alimentado, musculoso por donde se le viera, sus ojos destellaban odio.....ladridos de uno y otro lado....Yo seguía sentado en mi bicicleta, avanzando casi imperceptiblemente, lo peor estaba por empezar......

Uno de los perros flacos al ver al boxeador se animo a avanzar hacia mi, acto que fue suficiente para motivar a los otros dos flacos, ahora todos luchaban por ver cuál ladraba con más intensidad....chsssú ahora si la cosa estaba complicada, pegué un grito con la finalidad de amedrentarlos.....me baje de la cleta, puse la mano al suelo, dándoles a entender que había cogido un piedrón, dicho sea de paso cuando uno necesita una piedra nunca encuentra, alce la mano de manera amenazante.....por fin, los flacos se habían callado, pero detrás mío estaba el boxer, a este nunca le había caído una piedra pues ni se inmutaba......cuando me volví hacia él, los flacos volvieron a arremeter, se acercaron un poco más......no quedaba otra, alce mi bicicleta y la puse como escudo, al primero que se acercaba le metía un bicicletazo...!!!!!

....cuando todo estaba casi pérdido, el reciclador cruzo la pista, de un silbido se llevó a sus tres perros, mansamente se fueron tras él hombrecillo, que sin levantar la mirada subio a su triciclo......detrás mío el boxer me seguía ladrando......pero ahora eramos uno contra uno....je,je,je... me subí a mi bici y lo empecé a corretear, el animalillo corría a toda velocidad, mientras Yo iba detrás gritándole, sus orejas se plegaron a la nuca, ya no ladraba, huía como un loco, con la lengua afuera y la baba colgando..... resbaló al llegar a la esquina, pero se repuso en un segundo para seguir corriendo.....decidí dejarlo ir, volvi a la ruta...todavía nervioso por aquellos segundos de tensión decidí continuar con el entrenamiento....al regreso tome otra ruta......aunque debo confesar que el susto me duró unos cuántos meses, nunca más volví a encontrar a los flacos, al boxer sí, a pesar del tiempo todavía se acuerda de mi.....casi un año después del incidente nos volvimos a encontrar, nuestras miradas se cruzaron, fue instintivo, lanzo el primer ladrido, y empezo a correr, mientras que Yo lo perseguía ..........ahora en mi auto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ESTAS USANDO EL NOMBRE DE UNA PAGINA WEB, ESO ESTÁ PENADO POR LEY, A MENOS Q PONGAS EL NOMBRE CON UN LINK HACIA EL DUEÑO VERDADERO DE ESA PAGINA Q ES LA SRA.MARCELA OPAZO, DUEÑA DE LA PAGINA.
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http://www.LOSPERROSDELCAMINO.CL