miércoles, 21 de enero de 2009

Mi visita al nutricionista

Mi rutina en el gimnasio era de tres veces a la semana, de 6 AM - 7:30 AM, iba regularmente, luego de tres meses, había logrado bajar de peso significativamente, previamente tuve que pasar por la consulta con el nutricionista, tras haberme subido nuevamente a la balanza y corroborar que mis 92 kilos seguían inamovibles, llego el momento de determinar que partes de mi cuerpo sobresalían por el exceso de grasa, con unas pinzas iba a peñizcarme los rollos, segurísimo que los tenía concentrados en la panza, alce mi polo, para que inicie la "búsqueda", craso error, las pinzas fueron avanzando por la espalda, brazos, piernas, pantorrillas, antebrazos, cuello, mi gordura había llegado a los sitios más reconditos de mi cuerpo, lápiz en mano, el doctor iba tomando nota de los excesos, si bien es cierto tomo su tiempo, el resultado sería contundente, había que iniciar una estricta dieta....."cinco a seis comidas diarias"....que? pero si comiendo tres veces al día había llegado a la condición de OSO.
Comer bien, no significa comer un montón, me interese en el tema, leyendo algunos artículos sobre el funcionamiento del metabolismo, debemos comer lo que quemamos durante el día, no más ni tampoco menos, con el transcurrir del tiempo, la cantidad de calorías que consume un ser humano se ha reducido de un siglo a otro de 6,000 a 7,000 calorías diarias a 1,700 de hoy. La falta de actividad física, ha sido transcendental, nos la pasamos sentados en nuestros despachos, 6 horas, viendo TV otras 4 horas, sumado a las horas que nos sentamos para tomar los alimentos, y las 7 horas para dormir, nos quedarían 4 horas para practicar algún deporte, pero tampoco las tomamos, sino que preferimos destinarlas para sentarnos a conversar, ir al cine a sentarnos a ver una buena peli, entre otras actividades divertidas pero sedentarias.
El nutricionsita no me prohibió de ningún tipo de alimentos, con una dieta variada, en grasas, dulces, la primer medida fue disminuir radicalmente la ración de mis alimentos, la mitad de ración para desayuno y almuerzo, le sumo una ración de proteínas a media mañana (10:30 AM), y a media tarde (05 PM), reemplazando mi comida de las noches por algo ligero, como cereal con yogurth, o frutas, el objetivo inicial era desaparecer la sensación de "reventar" que tenía al culminar alguna de mis tres comidas.
Luego de tres meses, mi peso se sitúo en 80 kilos, había perdido 12 kilos, me sentía bien, el dolor de columna, así como los malestares asociados, habían casi desaparecido, pero cuando me miraba al espejo, todavía se me veía gordo, mi siguienta consulta con el nutricionista confirmaría mi sensación, el porcentaje de grasa había bajado pero no en la medida de mi peso, las pinzas indicaba que la grasa aún no terminaba de redistribuirse....había que iniciar la segunda fase.

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